Cuando la IA “se te va de las manos”

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Hoy me llegó un correo de una marca conocida. Todo bien, hasta que vi la imagen de portada: una familia feliz… con cuatro dedos por persona.

Sí, aún estamos en esa fase donde la IA, literalmente, no sabe contar. No es solo un error técnico, es una señal de algo más profundo: En publicidad, la tentación de usar IA generativa crece, porque abarata costos, acelera procesos y da estética «perfecta» al primer intento, pero seguimos olvidando el trasfondo.

El costo de la desconexión

Porque lo que verdaderamente nos atrapa de una campaña no es la perfección, sino la autenticidad. Un gesto real. Una imperfección humana. Un momento que no parece maquetado por una máquina o una perfecta producción visual.

Como publicistas, creativos y estrategas, nuestro trabajo no es solo captar la atención, sino conectar. Y conectar requiere de «verdad», incluso si eso implica una arruga más, un fondo menos prolijo o una sonrisa no tan perfecta.

La IA no es el enemigo, es una herramienta poderosa, pero como toda herramienta, su impacto depende de quién la use… y cómo. ¿Estamos formándonos como creativos que dominen el prompt engineering o solo buscando el camino fácil para llenar espacios? Tal vez solo somos malos comunicadores que no sabemos expresar nuestro deseo a la IA.

Entonces ¿La IA está mejorando la publicidad o simplemente haciéndola más barata y menos humana?

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